sábado, 16 de febrero de 2013

entrevista a Enrique Browne



entrevista a Enrique Browne
por Inés Moisset para 30-60 cuaderno latinoamericano de arquitectura N30- impacto cero
Santiago de Chile (1942), Arquitecto (1965) y Magister en Planificación Urbana (1968) en la Universidad Católica de Chile. Obtiene 34 premios y 30 Menciones de Honor en Concursos y Bienales de Arquitectura. Ha sido jurado en 54 concursos nacionales e internacionales. Es autor y coautor de libros sobre arquitectura y urbanismo, más 6 en colaboración con otros autores. Entre los primeros “Otra Arquitectura en América Latina” (Editorial G. Gili, 1988). Ha escrito ensayos sobre estos temas en revistas internacionales. Sus obras han sido materia de 3 libros monográficos. 

Con Enrique nos encontramos en Medellín durante la BIAU 2010. En la pausa entre las presentaciones, encontramos unos minutos para tomar un café y charlar. 

I.M.: Aprovechando que estamos en la Bienal Iberoamericana, inicio preguntándote sobre cómo ves el panorama de la arquitectura de la región ya que tanto en estos eventos como en los SAL ha sido muy importante tu participación. 

E.B.: Bueno, ha cambiado bastante desde las primeras versiones a ahora. Yo creo que el cambio se da porque estamos cambiando de época realmente. Todo el asunto de lo que es la globalización tanto económica como de comunicación, todo lo que es el aspecto de lo que es la sustentabilidad que incluye la energía y por otro lado lo ambiental, están produciendo un cambio en lo que acostumbraban a llamar el espíritu de la época. El espíritu de la época es otro, entonces tenemos que saber adaptarnos a eso y tomarlo de forma positiva y darle una respuesta positiva pero desde nuestros lugares, desde lo latinoamericano, desde su país o desde su región. 
Entonces, existiendo cosas muy interesantes en diferentes países son pocas las búsquedas en ese sentido. Hay mucha gente muy dotada que hace diseños muy bonitos, pero he visto poca reflexión todavía en torno a estos temas que a mí me parecen centrales. No quiero ser pesimista. 
Quiero ser optimista. Pero es algo que tiene que suceder… 

I.M.: Fuiste un precursor en incorporar el verde a los edificios, en sustentabilidad… 

E.B.: Fue suerte, fue una casualidad nomás. Yo comencé cuando estaba en la escuela de arquitectura, cuando estudiaba que hice un edificio que tenía casas adentro en una estructura en doble espiral, con árboles y fuentes de agua. Lo cierto es que me gustaba, no era porque nadie hablaba de sustentabilidad. De repente quedé inmerso en el tema de la sustentabilidad, pero por suerte. 

I.M.: ¿Te parece que tienen responsabilidad las universidades en instalar estos temas? 

E.B.: Si, mucha. Pero yo creo que lo están instalando con atraso. El tema energético también, con atraso pero lo están haciendo. Son los primeros esbozos. El tema de la globalización, de lo mediático y de la comunicación de este nuevo mundo que estamos viviendo yo creo que eso no se ha tocado. 

I.M.: En este momento ¿qué proyectos estás desarrollando y cómo se enfocan estos temas? 

E.B.: Estoy desarrollando temas universitarios. Básicamente tres proyectos universitarios: uno relacionado con minería que en Chile es muy importante y es un centro de minería. El otro es un centro tecnológico y el otro es la casa central de una universidad. Preferiría mostrarlo en diseño y no en palabras. 

I.M.: ¿Y también estás escribiendo? 

E.B.: Tú sabes, los profesores arquitectos a veces tienen trabajo, a veces poco… 
Aprovecho cuando tengo un poco menos de trabajo para escribir. Pero me cuesta mucho escribir porque yo no soy un escritor. Además es una manera de pensar distinta a la del arquitecto. Esa manera lineal de poner el pensamiento no es propia del arquitecto. Somos más desordenados. 

I.M.: ¿Dentro del fenómeno de la globalización que mencionabas, qué opinás de los arquitectos que se transforman en marcas? 

E.B.: Yo no hablo en contra de los arquitectos en sí porque hay arquitectos muy buenos. 
El fenómeno es muy malo para la arquitectura. 
Hasta la época de Le Corbusier o en la pintura con Picasso o Braque, los pintores o los arquitectos podían ser muy conocidos, pero igual su principal labor, no era el marketing, era desarrollar su trabajo creativo. El estudio de Le Corbusier eran 20 personas, Scarpa nunca tuvo más de 6 personas, Kahn, igual, eran estudios chicos. Tenían dominio sobre lo que se hacía. La labor creativa es la trayectoria. 
El impacto, en este mundo tan de moda, es una cosa frenética. Cuando el impacto es conocido ya deja de ser impacto, y pierde el interés. Es como la publicidad cuando la ves la primera vez te fascina porque está muy bien hecha y a la segunda te fascina un poco menos y a la décima ya no la quieres ver. 

I.M.: Y después la arquitectura permanece años… 

E.B.: Claro, la arquitectura se queda. Hoy están de moda las pieles y está bien y hay pieles muy bonitas. Y ya son puras pieles, y dices hasta cuando, no sé…. 

I.M.: ¿Cuáles son los problemas que observás en relación de la ciudad latinoamericana y su dispersión? 

E.B.: El problema de las periferias que no es un problema latinoamericano, sino un problema mundial. París, Roma, Venecia tienen periferias muy feas, horribles. 
Además a nuestras periferias se les suma que una gran parte son periferias muy pobres. Es un problema arquitectónico que no ha sido tratado. Hay un grupo en Chile que es Elemental, que me parece a mí que está bien, pero pueden hacer en una escala reducida porque se necesitan muchos recursos. Se trata de recuperar la vida de barrio, los espacios públicos, pero falta tanto por hacer… 

I.M.: ¿Qué arquitectos jóvenes plantean una continuidad en tu trabajo? 

E.B.: Yo no me creo líder de nadie ni profesor, ni para darle clases a nadie. Hay muchos jóvenes y muy buenos y no voy a nombrarlos porque si me olvido de alguno después me llaman por teléfono. 
Pero dentro de las presentaciones de la Bienal quiero decir que me impresionaron enormemente bien con sensibilidad muy parecida a la mía, el grupo español Selgas Cano y lo mismo, Claudia Uccelli de Perú que nombró artistas de land-art que me encantan, que trabajan con la luz como Dan Flavin y James Turrell. Me sentí muy afín a ella… 

I.M.: ¿Cuáles son las disciplinas externas a la arquitectura que te aportan? 

E.B.: Yo leo, me gustan los ensayos. Por eso me gusta Borges, que escribe ensayos. Me gusta el arte y trato de estar al tanto. Leo revistas de arte. Una que es muy buena, Art Forum que es muy completa. También viajo y veo arte, porque el arte no está en los museos, lo que a mí me interesa está en los desiertos. Quiero visitar Roden Crater de James Turrell que recién lo abren en 2015 y ahora no está permitido entrar. Y quiero ir al Lightning Field de Walter de Maria, y que caigan los rayos! 
En Houston, Texas, hay un museo de Mies Van de Rohe de los 50 y 70 y al frente está un museo de Moneo que tiene 8 o 10 años, que está bien y que están unidos ambos dos por debajo de la calle. Entonces la unión se la dieron a James Turrell y es lejos lo mejor de los dos museos. Estuve muchas horas, fascinado… 

I.M.: ¿Qué les dirías a los arquitectos jóvenes que se inician? 

E.B.: Les podría decir una cosa. Yo soy un enamorado de la arquitectura, me encanta, eso tiene sus beneficios y desventajas. Yo doy gracias a Dios de levantarme todos los días a hacer lo que me gusta. Por supuesto uno tiene problemas igual y todo lo demás… Pero hay un dicho de Confucio que dice elige un oficio que te guste y no tendrás que trabajar ningún día de tu vida. 
Si no hay pasión no se dediquen a la arquitectura. Para ganar plata elijan otras profesiones que son mucho mejores. Les va a costar encontrar trabajo. Por eso hay que tener real vocación. Hay que entrar con ganas. Hay que tener pasión. Van a obtener una satisfacción espiritual que compensará no ganar plata. 
Consorcio Santiago 1990
 Iglesia Colegio Villa Maria 1992
Casa Paul Harris 1980 
Puente Zapallar 2008 

para ampliar la información consultar en 30-60 N30- impacto cero 
Colección: 30-60 cuaderno latinoamericano de arquitectura 
Editorial: Editorial I+P, Córdoba, Argentina. 
Precio Venta al público: $69,50 
Donde adquirirlo: en www.30-60.com.ar (envíos a todo el país) y en librerías especializadas

jueves, 14 de febrero de 2013

Una visión de la edificación urbana del futuro


Una visión de la edificación urbana del futuro
enviado por ISon 21
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El gigante Arup de la construcción y la ingeniería mira hacia el futuro y nos revela su visión de lo que podrían ser los edificios urbanos en 2050. Si crees que las cosas están cambiando rápidamente, ajústate el cinturón de seguridad y prepárate para disfrutar de un viaje lleno de sorpresas.

En 2050 los habitantes y los edificios convivirán en un flujo constante de cambios en respuesta a contextos y condiciones emergentes. Los edificios se comportarán casi como si fueran organismos vivos, reaccionando en cada momento a las condiciones ambientales locales.
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El antecedente inmediato está en el Archigram for their Plug-In City:


Sistemas modulares y prefabricados, movidos y ensamblados por robots que trabajan de manera organizada para instalar, detectar, reparar o actualizar componentes del edificio.

Tiene casi de todo: pilas de combustible, algas (bio etanol), aerogeneradores, cultivos vegetales y mucho más. Un auténtico bio cobertizo vertical.


Los edificios ayudarán a optimizar los procesos de producción, almacenamiento y consumo de absolutamente todos los recursos, incluyendo la comida, el agua o la energía.

Ante la disminución de los recursos naturales, la escasez de espacio físico, o los efectos del cambio climático, los sistemas de producción de alimentos y los espacios verdes se convierten en componentes clave de una ciudad más sostenible e inteligente.
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El concepto es fascinante, lleno de buenas ideas. Josef Hargrave de ARUP dice:


Al producir alimentos, energía y suministrar aire limpio y agua, los edificios pasan de ser los caparazones pasivos de hoy a convertirse en las estructuras adaptativas y transpirables de las ciudades de mañana.

Vía :: Treehugger

Los centros historicos y las transformaciones urbanas.

Los centros historicos y las transformaciones urbanas.

publicado en Cultura y territorio

por Arq. Andrea Cerletti

La dinámica urbana imprime al desarrollo de la ciudad una impronta que va conformando, respecto de la urbe original, nuevas centralidades, interconexiones, desconexiones, sobre explotación de algunas áreas y pérdida de vitalidad de otras. Todos estos procesos son consecuencia de esa dinámica y producen efectos sobre los componentes sociales, económicos  y culturales. Están presentes en la conformación territorial y deben ser considerados cuando se estudia la evolución urbana, la aparición de nuevas centralidades y la redefinición de roles de las áreas existentes.
 Por su parte, los centros históricos cumplen una función local y extralocal, sus actividades predominantes se van modificando a lo largo de la historia y por lo tanto, también su rol en la ciudad. Los factores de contexto son determinantes en esa transformación.
Esto implica hacer un reconocimiento estructural de la problemática para adaptarse a esas transformaciones y permitir, a través de las acciones directas e indirectas, acompañar dichos procesos, permitiendo que estas áreas mantengan su identidad y se adecuen al nuevo rol sin perder vitalidad.

1.            Contexto. Paradojas de la modernidad.

Los avances tecnológicos y la gran dinámica de las comunicaciones han interconectado nuestro mundo de una manera impensada algunas décadas atrás. Pero con ellas se han profundizado los efectos de la penetración cultural y la pérdida de algunos rasgos identitarios. Esto por supuesto, que se agudiza en los países que se encontraban menos preparados para absorberlos.
Los procesos económicos mundiales se han fortalecido en mecanismos que potencian a aquellos países más desarrollados y marginan cada vez más a los que no lo son, y la brecha es cada vez más profunda. La alta concentración de capitales y el poder de los estamentos financieros para la generación de políticas a nivel mundial han dejado su impronta y, a pesar de no mostrar su eficacia, están cada vez más consolidados. El mismo proceso, se da al interior de las regiones continentales y también al interior de los países.
La última crisis económica mundial no hizo más que evidenciar el efecto profundo que ambos procesos, el de la globalización y el de las diferencias económicas entre países -incluidas  regiones continentales-, generan en aquellas sociedades más vulnerables.
Los efectos de todo este proceso que ha comenzado hace varias décadas pero que sigue en expansión, se manifiestan en todos los órdenes y están caracterizados por la expulsión masiva de población, del sistema. La opulencia desmesurada y la pobreza extrema son las dos caras de una misma moneda. La marginación, la violencia, la inseguridad, el enfrentamiento, la intolerancia, la indiferencia, el enajenamiento aparecen como síntomas y en esto, sólo en esto, ya no hay diferencias entre quienes viven en países desarrollados o en países pobres.
Los efectos sociales y culturales de este proceso mundial aparecen en nuestras ciudades siguiendo las mismas lógicas, pero con procesos cada vez más acelerados. Los desplazamientos de población no reconocen fronteras ni barreras legales, pues imperan las necesidades básicas ante todo.
El crecimiento demográfico en ciudades por migración interna, que son eco de una tendencia regional de muy alta concentración, ha generado un altísimo porcentaje de población urbana, llegando en nuestros días al orden del 80% en América Latina y el Caribe[1]. Este es un factor muy importante en las transformaciones urbanas de las ciudades junto a los condicionantes económicos y sociales, pero no es el único. Se trata, en general, de ciudades que forman  parte de grandes megalópolis, donde los límites administrativos son demarcaciones burocráticas pero no reflejan el altísimo nivel de interconexión interna de la gran mancha.
Estas transformaciones implican desplazamientos en múltiples direcciones y se traducen, en algunos casos en alta densificación; en otros en deterioro y degradación. Hay nuevas prácticas, nuevas costumbres, traídas por los migrantes a estos grandes núcleos absorbentes, y también hay trasformaciones culturales por efecto de la globalización y gran impacto de las comunicaciones.
La interculturalidad y diversidad es uno de los efectos de este proceso y ha encontrado nuevos significados y contenidos de lo urbano, de lo público y de lo privado.
El rol que la comunidad le asigna al territorio donde habita, donde trabaja, donde puede realizar actividades de esparcimiento, donde se expresa políticamente, van marcando un modo de apropiación singular.
En la actividad residencial, aparecen los country suburbanos y los condominios urbanos, intentando ofrecer cada vez más servicios dentro de sus límites “seguros”, para que no sea necesario “salir afuera”. Esto va trasformando los conceptos de ciudad, comunidad y, por supuesto, estimula una modalidad de vínculos basados en conceptos cerrados y de homogeneidad.
En la actividad comercial, la aparición de las grandes infraestructuras comerciales hace ya varios años que modificaron las modalidades de consumo, ya que ofrecen no sólo bienes sino también actividades recreativas. Ir al Shopping se convierte en un paseo en el que se pueden resolver múltiples necesidades sintiéndose “seguro”.
No puede obviarse el impacto que generan todos estos cambios, traducidos en múltiples desplazamientos y, como se trata de ámbitos de una envergadura cada vez mayor, se producen concentraciones cada vez más masivas. El sistema circulatorio urbano es poco flexible, no se pueden abrir o ensanchar calles con facilidad, ni incrementar las redes subterráneas rápidamente, para responder a las crecientes demandas para circular.
A este tema se suma la problemática que se plantea para cubrir los requerimientos de estacionamiento, demanda creciente y a la vez problemática, por las consecuencias que tiene     en el tejido urbano y en la sustitución del stock edilicio.
Finalmente, para complejizar aún más el panorama, se encuentra el enmarañado sistema de jurisdicciones que resulta una traba permanente para generar políticas públicas y ejecutar planes, a nivel de la gran metrópolis.


2. De zona central a zona vulnerable y a atractivo turístico.


Los cascos históricos han transitado por diversas etapas en la evolución urbana y en su valoración social. En los orígenes de una ciudad son el centro en el que se desarrolla la mayor parte de las actividades vitales, frecuentemente asiento de sedes políticas, administrativas y del poder económico, social y cultural.
A medida que la ciudad crece, suele producirse un desplazamiento del eje de expansión urbana, acompañado de un cambio en sus funciones originales, con ello, la vitalidad empieza a desarrollarse en otras zonas de la ciudad. El riesgo es que este sector urbano, rico en historia y en bienes de alto valor patrimonial, que mantiene su ubicación central y una muy buena accesibilidad, a veces no puede evitar los problemas de tugurización, falta de vitalidad y deterioro, la pérdida de valor del suelo y de población (lo que se traduce en sustitución de pobladores).
Aún con las particularidades de cada caso, este recorrido se ha evidenciado en muchas ciudades. 
Por otro lado, la presión inmobiliaria condiciona negativamente las áreas históricas porque resulta difícil resolver la ecuación valor potencial / valor patrimonial, si sólo se la reduce a términos económicos crudos. 
Cuando los centros históricos poseen un alto valor de centralidad corren el riesgo de que los quieran trasformar demoliendo edificios para edificar con un mayor aprovechamiento del suelo. Si no poseen un alto valor de centralidad, corren el riesgo de no atraer inversiones y decaer hasta su tugurización.
Por otro lado, existen condicionantes respecto del tema de la red vehicular. La típica traza reticulada y regular latinoamericana, a diferencia de los trazados orgánicos e irregulares de las ciudades europeas, posee un grado de inserción en el entramado general de la ciudad que a veces las perjudica a la hora de protegerlas. El intenso tráfico aparece como una dificultad recurrente en las áreas históricas. Este es un tema que requiere soluciones específicas para el área, a la vez que globales en la red de tránsito de la ciudad, permitiendo que los residentes mantengan niveles de accesibilidad altos, sin que esto implique una utilización intensa de las vías de circulación, que deteriore el área.
Otro de los efectos singulares a considerar, que no se presenta mayoritariamente pero existe en algunas grandes ciudades -es el caso de Florianópolis y Montevideo- es el cambio de rol de un sector de la ciudad por efecto de desplazamiento abrupto de actividades, generalmente centrales y administrativas o financieras, generando una abrumadora presencia de stock vacante. Las implicancias de estos cambios de rol pueden dar lugar a procesos de deterioro muy impactantes y difíciles de revertir, a menos que se desarrollen como parte de una estrategia planificada continua, acompañadas de inversiones sostenidas y de un trabajo de consenso bien articulado.
A menudo esta problemática se da en las zonas históricas porque, por sus características particulares o por imposiciones culturales, se les reconocen posibilidades acotadas de adaptación o trasformación a nuevos destinos, sobre todo cuando se trata de actividades con un uso intenso de tecnología.
No es intensión de este documento analizar la conveniencia o no de impulsar, desde las políticas públicas, este tipo de desplazamientos, pero sí considero oportuno señalar que, cuando se plantean, se debe evitar que el desplazamiento se produzca antes de articularse las modalidades de ocupación y el destino futuro del sector.
No se debe perder de vista que cuando se habla de protección de un área no hay que pensar sólo en lo edilicio o lo físico, sino también en las costumbres y la gente que la habita. Se trata además, de proteger conjuntos dentro de contextos, porque la recuperación de ciertos paisajes urbanos, de grupos tipológicos que marcan la evolución y evidencian modos de construcción, hábitos de uso y aprovechamiento, se trasforma en testimonios que le otorgan un sentido para el conjunto de la sociedad.
En las últimas décadas se avanzó en la concientización de la población, sobre la importancia de las áreas históricas de la ciudad en la construcción de memoria e identidad. Se plantea entonces, la necesidad de poner en valor estos sectores urbanos, a través de proyectos en los que el Estado actúa de forma directa, o establece normas para regular de forma indirecta, sobre el accionar privado.
Cuando estas acciones se implementan y el área se convierte en un lugar atractivo, se genera una nueva problemática a resolver: evitar que se convierta en un sector sin residentes, o bien evitar que las acciones impliquen la expulsión indirecta de los pobladores. 
Es así como, proteger sus características por ser elementos centrales en la construcción de la identidad, resulta un desafío de cara a las múltiples necesidades que el área plantea y el rol del Estado para poder llevar adelante el duro equilibrio, nunca podrá resolverse bien si queda sólo en manos de las reglas del mercado.
Las políticas sobre suelo a través de los instrumentos normativos aparecen como adecuados mecanismos de regulación del mercado inmobiliario. Su correcta aplicación es vital para proteger las áreas de valor patrimonial, pero al mismo tiempo, deben ser acompañadas de acciones más directas que estimulen la inversión y la vitalidad en el sector.



3. Sobre las potencialidades de los cascos históricos.


El Casco Histórico es un sector urbano muy particular dentro de la ciudad y no puede ser escindido de ella. Las transformaciones urbanas impactan sobre las estructuras existentes y demandan estudios que resuelvan las nuevas necesidades, sin que ello implique la pérdida de identidad.
Se mencionaron anteriormente, los cambios de rol de los cascos históricos a lo largo del tiempo y que mayoritariamente fueron los núcleos originales de población, concentradoras de poder económico, social y político. Este rol, tan significativo para la ciudad, se traduce en una alta concentración de testimonios de la evolución de esa sociedad.
Se ha hablado de los aspectos vulnerables cuando no es factible compatibilizar adecuadamente los factores que permitan la sostenibilidad y vitalidad, con continuidad en el tiempo. Es momento de plantear entonces las potencialidades, que se fundamentan y apoyan, en el reconocimiento de sus características de un modo muy amplio, pero también requieren una especial atención a los aspectos que la amenazan.
Es allí donde se debe recordar que la problemática de contexto, descripta en la primera parte, tiene efectos sobre la gran metrópolis y sobre la ciudad, ya que, si la zona histórica se encuentra en una etapa de gran vulnerabilidad, será objeto de una invasión inmediata aprovechando su centralidad y stock vacante, pero peligrando su sostenibilidad.
¿Cómo encarar la sostenibilidad de los cascos históricos y de su actividad residencial?; ¿Cómo evitar la expulsión de la población existente al momento de las intervenciones de puesta en valor?; ¿Cómo resolver la convivencia entre los residentes del área y el turismo reduciendo los impactos?; Cómo gestionar la reconversión de algunos usos?; ¿Cómo operar sobre el área sin poder actuar directamente sobre los factores estructurales que impactan sobre el área?, son algunos de los interrogantes que uno se podría plantear.
Posiblemente será objeto de opiniones diversas, pero entiendo que tender a la diversidad de usos, de horarios en la que se desarrollan las actividades, de usuarios y también la heterogeneidad de residentes, son algunos de los factores que contribuyen a revertir la fragilidad. También lo es fortalecer la identidad, mantener su carácter simbólico y sostener la actividad residencial y costumbres barriales, aún cuando el sector se encuentre en área central, o cuando deba absorber las demandas turísticas habituales en estos casos. Justamente es ésta la situación que se plantea en Buenos Aires.
Por todos los factores mencionados oportunamente, el trabajo sobre la contención social, al tiempo que se generan o impulsan intervenciones urbanas y edilicias, es de vital importancia para generar una política de inclusión, al tiempo que se debe buscar que las políticas públicas se desplieguen estratégicamente y actúen como reguladoras y disparadoras de acciones privadas.
Por otro lado hay que destacar que es importante que la protección del área se logre mediante una modalidad que no descargue todas las obligaciones, ni en los propietarios, ni en el Estado.
La responsabilidad sobre la gestión de los centros históricos debe ser compartida entre todas las partes involucradas para que se impulse su desarrollo, respetando la ciudad heredada. Se deben encontrar mecanismos y herramientas de gestión que eviten la imposición. Hay que actuar por consenso para tener mayores probabilidades de concreción. En general, el trabajo con la comunidad, implica un camino más largo pero, por contrapartida, genera un compromiso entre las partes que beneficia en el largo plazo.
La gente se apropia del proyecto y lo defiende. Esto, no sólo se lo trabaja a través de la concientización, sino también, logrando que la continuidad sea parte del proyecto. En este sentido hay que contar con una adecuada legislación que acompañe estos procesos.
Las modalidades de gestión, por otro lado, deben adecuarse a los cambios que se presentan –muchos de ellos, mencionados anteriormente, en forma somera- y las estrategias de actuación deben ajustarse a ritmos de cambio, cada vez más vertiginosos.
Los cascos históricos requieren políticas sostenidas, con planes que se prolonguen en el tiempo, y si bien no existen fórmulas ni recetas que garanticen resultados, tampoco se actúa sobre una realidad que admita la improvisación.
Finalmente, cabe retomar la idea de que los cascos históricos no pueden conservarse en una burbuja. No existe posibilidad de evitar que se reproduzcan en ellos (a veces de forma aumentada) los problemas que devienen de cuestiones sociales y económicas estructurales.
Generalmente no disponemos de los resortes para revertir esos procesos de manera profunda. Pero esta realidad no puede desconocerse, y hay que ser concientes del impacto que producen. Esto implica incorporarla a las políticas específicas. No hacerlo, sería como intentar tapar el sol con la mano.




[1] Florencia Quesada Avendaño, "Imaginarios urbanos, espacio público y ciudad en América Latina". Revista de la Cultura. PensarIberoamérica. OEI para la Educación y la Cultura. Nº 8. Abril-Junio 2006.

ARONSON Fine Arts Center en Laumeier Sculpture Park por Brooks + Arquitectos SCARPA





ARONSON Fine Arts Center en Laumeier Sculpture Park por Brooks + Arquitectos SCARPA

publicado en A AS Architecture
Brooks + Scarpa Arquitectos


El Aronson Fine Arts Center en Laumeier Sculpture Park ofrecerá una muy necesaria durante todo el año facilidad para mostrar el arte del parque, ya que continúa a ampliar los horizontes de la región.Apodada "la joya de la corona" del Parque, el edificio se reunirá Asociación Americana de Museos (AAM) estándares de acreditación.


Brooks + Scarpa Arquitectos


El Aronson Fine Arts Center da a luz la excelencia en arquitectura, que ofrece un ambiente amplio, aunque no íntimo, conectado literal y conceptualmente a las necesidades del paisaje, el arte y el programa. El programa cuenta con salas de exposiciones, espacios para eventos especiales, biblioteca, oficinas administrativas, almacenes de colecciones y un área de recepción.


Brooks + Scarpa Arquitectos


Fundamentalmente, el diseño busca integrar íntimamente con el suave paisaje de los acantilados que rodean Meramec, proporcionando a los visitantes con un arresto, sin embargo, objeto adecuado como punto focal para sus viajes sobre el terreno.


Brooks + Scarpa Arquitectos


El desafío central del museo de la arquitectura es la cuestión de cómo la arquitectura de los museos pueden complementar, pero no dominar el arte que reside en su interior.


Brooks + Scarpa Arquitectos


En este proyecto, el arte rodea, habita, y se plasma en el edificio. Ubicado en los terrenos del parque de esculturas 105-acre, el edificio Aronson es una simple caja en volumen, compuesto de hormigón y mampostería de hormigón fundido puesto en una pequeña elevación en el paisaje.


Brooks + Scarpa Arquitectos


Sin embargo, mediante el uso de material de revestimiento y técnicas innovadoras, el edificio se convierte en más de una caja que contiene el arte, para ser uno de 70 piezas de escultura en el paisaje. Al igual que sus vecinos escultóricos, el Aronson Fine Arts Center interactúa con el espectador de una manera exclusivamente individual en todos los frentes.


Brooks + Scarpa Arquitectos


Luz y sombras juegan a través de la piel, perforado en la costumbre patrones inspirados en la naturaleza, realzado por la diversidad de materiales detrás de la piel, y las diferentes distancias en el recinto.


Brooks + Scarpa Arquitectos


Cada fachada se acopla con el usuario para sus propios fines: la parte inferior de la colina se encuentra la entrada principal, mientras que una entrada secundaria se imparte en la pendiente cuesta arriba, al lado del edificio principal existente. La fachada sur está cubierta por una marquesina metálica perforada por una terraza exterior de recursos.


Brooks + Scarpa Arquitectos


La cara norte tiene un aclaramiento elevado para la carga y descarga de exposiciones y obras de gran escala de arte. El espectador se le permite una vista previa del arte dentro de un exterior dan a la galería principal, situada en la fachada este, proporcionando una visión incluso cuando el museo está cerrado.


Brooks + Scarpa Arquitectos


Esta función estratégica se basa intriga de los visitantes del parque, persuadiendo a regresar durante las horas de la galería, y así lograr el objetivo del Parque de la diversificación de su audiencia. A lo largo de la galería, ventanas altas ofrecen una abundancia de luz natural, manteniendo al mismo tiempo espacio en la pared para las ilustraciones.

Brooks + Scarpa Arquitectos
Brooks + Scarpa Arquitectos 







Brooks + Scarpa Arquitectos
Brooks + Scarpa Arquitectos  












Ubicación: San Louis, EE.UU. 
Equipo del proyecto: Angela Brooks, Omar Barcena, Mark Buckland, Brad Buter, Silke Clemens, Stephanie Ericson, Jordon Gearhart, Chris Ghatak, Luis Gómez, Emily Hogden, Ching Luk, Matt Majack, Royce Scortino, Sri Sumantri 
Civil Engineer: Farnsworth Group 
Ingeniero MEP: Farnsworth Group 
Ingeniero Estructural: Grupo BPA 
Area: 17.755 pies cuadrados 
Costo: $ 7 millones 
Año: 2012 
Cliente: Laumeier Sculpture Park (Marilu Knode)

miércoles, 13 de febrero de 2013

Rem Koolhaas contra las estrellas


Rem Koolhaas contra las estrellas

El holandés, recién nombrado comisario de la Bienal de Arquitectura de 2014 en Venecia, la convertirá en un viaje a los orígenes de la globalización


MILENA FERNÁNDEZ Venecia 27 ENE 2013 - 20:18 CET5



El arquitecto holandés Rem Koolhaas. / JESÚS CÍSCAR

“El arquitecto estrella es una figura que no existe, un lugar común para referirse a los que ganan montañas de dinero y realizan todos los proyectos que desean. Un invento de los periodistas perezosos”. Rem Koolhaas(Rotterdam, 1944) toca su cabeza con la mano derecha y hace una serie de círculos. Habla en un tono suave. Posa como un profesor apasionado por su asignatura favorita. Arquitecto, urbanista y prolífico escritor de ensayos, viene del mundo del periodismo y del cine. Sus libros han sido el faro para unos y la tormenta para otros. De arquitectura del espectáculo no quiere oír hablar. La mirada del holandés, nuevo director de la Bienal de Arquitectura 2014, se aleja de todo convencionalismo y sigue la línea del anterior comisario, el inglés, David Chipperfield, que declaró sin reservas el divorcio del star system.“Es hora de ocuparse de arquitectura, no de los arquitectos”, asegura Koolhaas, premio Pritzker (2000) y León de Oro a toda su carrera en la Bienal de Venecia (2010).

Su propuesta consiste en un viaje a los orígenes de la globalización. Bajo el título general Fundamentals, dará un giro de 360 grados a las últimas ediciones, concentradas en la celebración de lo contemporáneo. El enfoque Koolhaas se centrará en la historia de la arquitectura y los elementos básicos e inevitables que la componen. Por ejemplo, “el techo, el suelo, la pared, que todo arquitecto ha empleado en algún momento de su carrera”. El recorrido abarcará la evolución de las arquitecturas nacionales de 1914, año de la Primera Guerra Mundial, y arranque la globalización a 2014.

Nacida como hermana menor de la Bienal de Arte, el capítulo de Arquitectura comienza a hacerse mayor y a demandar nuevas fronteras. La recién concluida edición de Chipperfield dio mucho de qué hablar, registró un aumento del 4,7% del número de visitas y un total de 178.000 entradas vendidas. Koolhaas desembarca en Venecia con un año de tiempo para revolucionarla. Como primer cambio transforma su duración: la muestra se extenderá seis meses, tres más de lo usual: del 7 de junio al 23 de noviembre de 2014.



Es hora de ocuparse de la arquitectura no de arquitectos estrella
Koolhaas
La gran piedra en el zapato de las Bienales suelen ser los pabellones nacionales, que por lo general van a su aire. Sin embargo, el innovador Koolhaas pretende crear un hilo conductor y que todos se unan a otro tema: Absorbing Modernity: 1914-2014. “Cada pabellón debería eliminar a su manera las características nacionales en favor de la adopción casi universal de una sola lengua moderna y así poder crear un repertorio único”. Sobre este punto Koolhaas ha querido dejar claro que no tiene mucho sentido dialogar cada uno por su cuenta. “En 1914 era válido hablar de arquitectura china, india, o suiza; pero 100 años después, bajo la presión de guerras, regímenes políticos muy diferentes, múltiples condiciones de desarrollo, movimientos arquitectónicos, talentos individuales, amistades, desarrollos tecnológicos, las arquitecturas que antes eran específicas y locales ahora son intercambiables y globales”.

Si los países extranjeros no ceden al proyecto de Koolhaas, se jugará otra carta. Quiere profundizar en las raíces históricas a través de un viaje a los 100 años de arquitectura mundial, y para ello cuenta con el Pabellón Central, en los Jardines. En el Arsenal desarrollará una evaluación de la arquitectura italiana en el último siglo. Y sus aspiraciones requieren tiempo. Para coger el timón de la Bienal, Koolhaas ha puesto como condición comenzar a trabajar un año antes.



La exposición se centrará en los últimos cien años de esta disciplina

Mientras sigue en paralelo la transformación de un edificio renacentista en un centro comercial, en Rialto. El inmueble, que ha sido motivo de gran polémica es la Alhóndiga de los Alemanes (Fontego dei Tedeschi), erigido en 1228 y reconstruido en el siglo XVI. Fue el almacén de los comerciantes alemanes durante la República de Venecia. En el siglo pasado era propiedad de correos italianos, que alteraron su interior. La familia Benetton lo compró por 53 millones de euros y piensa abrir un centro comercial en 2015. Se calcula que lo visitarán seis millones de personas al año.

Al tocar este punto caliente, Koolhaas corta en seco. “El proyecto del Fontego ha sido una interesante aventura, que ha tenido un final feliz. No he sufrido por los problemas que he encontrado y que la final han sido separados”. Para llegar al “final feliz”, ha debido rediseñar el proyecto inicial, que proponía una gran terraza cubierta con techo de cristal sobre el Gran Canal. Ha sido eliminada la escalera móvil del patio central y será sustituida por una opción menos agresiva visualmente.

Meter las manos en la frágil Venecia, ciudad museo al aire libre es siempre delicado. El puente de la Constitución, proyectado por Santiago Calatrava, sigue dividiendo a la ciudad. De eso es consciente Koolhaas. “Venecia no es inmune a la modernidad, porque se encuentra en todas partes. Aquí también hay ascensores. La verdadera pregunta que hay que plantearse es si Venecia puede afrontar con inteligencia el cambio inevitable”.