lunes, 17 de septiembre de 2012

Evensong en la Capilla del King's College de Cambridge


Evensong (1) en la Capilla del King's College de Cambridge
por Gustavo A. Brandariz

El sábado 4 de febrero nevó suavemente en Londres, aunque el clima -a esa altura del año- debería haber sido más extremo. Nada impedía, entonces, cumplir nuestro plan de viaje del domingo 5, y, dispuestos a disfrutar de Cambridge, 

salimos temprano de la majestuosa King's Cross Station y una hora después nos encontrábamos con el arquitecto Gustavo Milstein en la segunda gran ciudad universitaria inglesa.






En el año 70 de nuestra era, en una colina con vistas al río Cam, se estableció un pequeño pueblo del Imperio Romano, que no creció mucho durante la Edad Media. Pero en 1209, una revuelta estudiantil en Oxford terminó con tres alumnos ahorcados y fue entonces cuando un grupo de scholars decidió crear una nueva Universidad en la pequeña ciudad mercado del año 70.
La fundación oficial del primer "College" (Peterhouse)  data de 1284.






El King's College fue fundado en 1441. La University está integrada por 31 Colleges, y agrupa más de 150 Departamentos, Facultades, Escuelas y otras instituciones. 
Es una de las universidades más antiguas y una de las mayores comunidades autónomas de estudiantes y estudiosos en el mundo. Los Colleges son verdaderas instituciones: allí los estudiantes viven, entablan sus vínculos sociales, y estudian. Se gobiernan a sí mismos, tienen su patrimonio y su economía, seleccionan a sus ingresantes (Newton fue rechazado por un College y aceptado por otro) y comparten con la Universidad madre la enseñanza y la investigación. Cada uno tiene su tradición, su identidad, su sentido de pertenencia y del honor. Y su memoria de ex alumnos notables. Pero los diplomas los expide la Universidad que, además de museos y bibliotecas, cuenta con la editorial universitaria más antigua del mundo, la Cambridge University Press, que publicó su primer libro en 1534 y desde entonces sigue en actividad.


Charles Darwin, Isaac Newton y Stephen Hawking estudiaron en Cambridge, una universidad que ha formado más de 80 galardonados con un Premio Nobel. 

Uno de sus institutos es el Cavendish Laboratory, inaugurado en 1874 bajo la dirección de James Clerk Maxwell, profesor de Física Experimental. Desde entonces, ha tenido una historia extraordinaria en descubrimientos e innovaciones en física y en otras ciencias vinculadas. A principios del siglo XX, el ex alumno Ernest Rutherford se convirtió en Director. Entre los 9 Premio Nobel del Cavendish figuran Francis Crick y James Dewey Watson. El 28 de febrero de 1953 irrumpieron en el tricentenario "The Eagle" pub, frente al Corpus Christi College para anunciar que habían ¡descubierto el secreto de la vida!, es decir, habían podido descubrir la estructura helicoidal del ADN, el ácido desoxirribonucléico.

El Laboratorio de Biología Molecular

El Addenbrooke's Hospital, el Hospital Escuela de la University of Cambridge, fue fundado en 1766. Allí funciona el MRC Laboratory of Molecular Biology (LMB), uno de los lugares de nacimiento de la moderna biología molecular en el mundo. Allí se inventaron técnicas que ayudaron al descubrimiento de Crick y Watson. Allí se iniciaron investigaciones sobre el genoma. Y allí se descubrieron -o inventaron- los anticuerpos monoclonales, el gran aporte a la Humanidad de nuestro César Milstein, uno de los tres Premio Nobel de ciencias argentinos y uno de los 9 del LMB.

El King's College

En el año 1440 fue demolido un amplio sector del centro medieval de Cambridge para liberar el predio para construir los primeros edificios de un nuevo college. Fundado al año siguiente por el rey Enrique VI (1421-1471), el King's College ("The King's College of Our Lady and St Nicholas") (http://www.kings.cam.ac.uk/) fue dotado de un generoso presupuesto para sostener a un Prevoste (Director) y setenta estudiantes pobres.


Las construcciones originales se elevaron rápidamente, pero no toda aquella arquitectura se conserva y otros edificios posteriores enriquecieron al College. En 1724 James Gibbs rediseñó el Front Court, dándole su actual sobriedad clasicista. De 1772 datan los estupendos jardines posteriores, el "Back Lawn", pero alrededor de 1852, cuando el College nombró un jardinero profesional, tomaron la forma actual de típico jardín romántico victoriano.

En 1873 Sir George Gilbert Scott construyó la edificación a lo largo de la King's Parade entre el edificio Wilkins y King's Lane. Otros edificios fueron agregados en 1893, 1909, 1927, 1955 y 1957. El Keynes' Building, diseñado por James Cubitt and Partners, se completó en 1967. Pero ninguno de esos edificios tuvieron la repercusión mundial que adquirieron en el mundillo de la arquitectura el notable "Faculty of History Building" (1964-1968) de James Stirling, uno de los más destacados arquitectos de la llamada segunda generación de la arquitectura moderna, o el de la " Faculty of Law", en el Sidgwick Site (1990-1995) del arquitecto Norman Foster, uno de los más notables profesionales actuales en el mundo, que combina la alta tecnología con la conciencia ecológica.

Sin embargo, en Cambridge, en el  Harvey Court site del Gonville and Caius College, se agregó en 2007, un edificio mucho menos llamativo y sin embargo de un diseño sutilmente integrado al paisaje heredado, el "Stephen Hawking Building". Inaugurado por el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, es obra del arquitecto Donald Insall, especializado en preservación del patrimonio y en integración de nuevas construcciones en contextos históricos.

El King's College no sólo se destaca por su arquitectura. Acredita, entre sus antiguos miembros a personalidades como John Frith (1503-1533), teólogo y mártir protestante. Fue un pionero en sostener la idea de tolerancia en tiempos de fanatismo, y por ello fue acusado de herejía y rindió su vida quemado vivo en una estaca.  

Orlando Gibbons (1583-1625) fue organista, coreuta y compositor, uno de los más importantes en la Inglaterra de su tiempo. Autor de una treintena de fantasías para viola da gamba, de madrigales como The Silver Swan y de dos notables composiciones para la Evensong, la plegaria anglicana de la tarde celebrada con música coral, cuyo origen es más antiguo que el anglicanismo.

William Oughtred (1575-1660) Fellow del King's College, fue matemático e inventor de la regla de cálculo, el ingenioso y utilísimo instrumento basado en los logaritmos que fue la herramienta por excelencia de los ingenieros hasta que alrededor de 1980 dejó de fabricarse en el mundo por el avance de las calculadoras electrónicas de bolsillo.

Sir Robert Walpole, (1676-1745), político y estadista georgiano que fue, de hecho, el primer "Primer Ministro" inglés, el primero en habitar en Downing 10 -que el rey le obsequió y él donó al Estado-, y el hombre que hizo grande y dominante al partido "Whig" (pacifista, liberal y progresista) preparando el clima intelectual que permitió luego la Revolución Industrial.

Horace Walpole (1717-1797), escritor, historiador, anticuario y político whig, famoso por haber contribuido con el ejemplo de su casa ("Strawberry Hill"), al revival goticista. Sin embargo a él se debe también el aporte a la cultura de un concepto encerrado en un neologismo: "serendipia". Palabra de origen sánscrito, identifica al descubrimiento casual, al hallazgo inesperado cuando se está investigando o buscando otra cosa. Einstein mismo reconocía que algunos de sus descubrimientos habían sido así, imprevistos. Lo que equivale a sumar puntos al falsacionismo inglés y popperiano en contra del inductivismo escocés de Hume...

John Maynard Keynes (1883-1946), Fellow y becario, el economista que estudió en profundidad las consecuencias económicas de la Primera Guerra y dejó de creer en el liberalismo clásico para recomendar un moderado intervencionismo estatal para equilibrar las crisis.

Alan Turing (1912-1954), el matemático que durante la Segunda Guerra se empeñó en descifrar los códigos nazis para contribuir a su derrota y en la posguerra se convirtió en uno de los creadores de las computadoras -al precisar el sistema de algoritmos- y en un investigador pionero en materia de "inteligencia artificial". En este 2012 la Antorcha Olímpica se detuvo ante la estatua de Turing en Manchester para celebrar su centenario.

Desde 1972, el King's College también admite estudiantes del sexo femenino. Casi un siglo después que nuestra Universidad de Buenos Aires.

La Capilla del King's College

La Capilla es, sin dudas, el mayor monumento histórico del King's College y el más hermoso de sus edificios. La dirección local es: King's Parade, Cambridge CB2 1ST, England, y, para ubicarla en nuestro mundo global, sus  coordenadas son: 52º 12' 17,15'' N - 0º 06' 59,38'' E. Para el visitante, en cambio, estos datos no son necesarios, porque es tan evidente su presencia en el paisaje y tan notable su forma y su dimensión, que resulta notoria e inconfundible. Yo tenía mucha ansiedad por llegar y verla, una ilusión que había crecido mucho con los años desde que mis maestros Jorge Gazaneo y Alberto Bellucci nos habían hablado de esta joya arquitectónica en sus clases magistrales de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.   

Pese a no ser un edificio famoso entre nosotros, es, como se ha repetido con frecuencia, uno de más icónicos edificios del mundo, y un excepcional ejemplo del Gótico Perpendicular, embellecido por la bóveda de abanico mayor de todos los tiempos. Empezada en 1446, su construcción llevó un siglo, e incluye unos vitrales que se cuentan entre los más altos, más refinados y mejor conservados de la historia de la arquitectura. 
La Capilla tiene una planta rectangular y es enorme: unos 88 metros de largo, por 12 de ancho y 24 de altura. Valga la comparación: la admirable Sainte-Chapelle de París tiene 33 metros de largo, 10,70 de ancho, y 20,50 de altura interior en la capilla superior.   

Aún hoy, pese a la laicidad del mundo contemporáneo, la Capilla de Cambridge ocupa un papel central en la vida diaria del King's College, no sólo por su importancia religiosa, sino también artística-musical. En Navidad, la celebración alcanza dimensiones globalizadas a través de los medios de comunicación. Y en ella se realiza desde 1918 el muy conocido "Festival of Nine Lessons and Carols", de gran trascendencia.

De acuerdo con la información que publica la página web oficial 
(http://www.kings.cam.ac.uk/chapel/) fue el propio rey Enrique VI -último de la Casa de Lancaster- quien colocó la piedra fundamental de la Capilla el 25 de julio de 1446, en la festividad de Santiago Apóstol.

Enrique (Henry VI, 1421-1471) fue legalmente rey de Inglaterra a partir de 1422 y fue coronado en 1429 en la Abadía de Westminster, en Londres, aunque, por su minoría, el reino fue gobernado por regentes hasta 1437.

Enrique, nacido en Windsor, era el único hijo de Enrique V y de Catalina de Valois, motivo por el cual, a los nueve meses de edad ascendió al trono de Inglaterra y dos meses después sumó la Corona de Francia, aunque la unión de ambos reinos resultó imposible y fracasó con la expulsión de los ingleses impulsada por Juana de Arco, en favor del competidor francés de Enrique, Carlos VII de Francia. Juana fue quemada en la hoguera en 1431 -cruel destino típico de una época cruel, que disgustaba a Enrique- pero Enrique no pudo reinar en Francia.

La época -la de la Guerra de los Cien años- era poco propicia para un hombre del carácter de Enrique. En 1453, a los treinta y dos años de edad -apenas ocho después de casarse con Margarita de Anjou- la derrota y pérdida de Bordeaux sumió a Enrique en un estado de demencia y la insanía lo acompañó esporádicamente hasta su muerte.

A la pérdida de Francia, se sumó la debilidad interna en Inglaterra y el ascenso político de su adversario, el Duque de York. Lo que quedaba del poder de la Casa de Lancaster se pulverizó durante la Guerra de las dos Rosas. En 1461 Enrique fue depuesto y llevado a prisión por su sobrino, que ocupó el trono como Eduardo IV de York, hasta que, en 1470 Enrique fue repuesto. Seis meses después, nuevamente depuesto y encerrado en la Torre de Londres, Enrique murió -probablemente asesinado-, volviendo al trono Eduardo. 

Contemporáneos suyos lo han descripto a Enrique como un hombre pacífico y piadoso, perdido en un tiempo demasiado hostil. A juzgar por la arquitectura de la Capilla del King's College de Cambridge, debe haber sido así. Es inimaginable que quien haya soñado con una inmensa y magnífica obra de arte para la paz espiritual, hubiera tenido ambiciones guerreras. Había heredado dos reinos y perdió ambos, pero dejó fundadas dos de las mayores universidades de Inglaterra y del mundo. Fracasó luchando contra la codicia y triunfó abriendo puertas a la inteligencia.

En 1590 William Shakespeare escribió su trilogía "Enrique VI" y las leyendas en torno al desdichado rey también sirvieron a los misterios literarios tejidos por J. K. Rowling, en "Los cuentos de Beedle el bardo". Pero el protagonista de la literatura, de las leyendas y de la hagiografía popular, es también un protagonista relevante de la historia cultural. Para Eton y para el King's College, trazó planes muy precisos, y en ambos casos empezó por soñar unas capillas magníficas, que son patrimonio de la Humanidad y sus auténticos y justicieros monumentos. Para el King's College imaginó una capilla que superara a todas en dimensión y belleza. Y lo logró.

Contó para ello con un arquitecto notable, Reginald Ely, que ocupó el puesto de "Master Mason" en su reino. Ely trabajó en el proyecto y la obra entre 1444 y 1461. Fue suya la idea de la magnífica gran nave única y de los grandes y muy coloridos vitrales -un conjunto notable entre los más notables de Inglaterra- que se elevan desde un basamento de piedra perforado por las aberturas hacia las capillas laterales.  La Capilla de Cambridge, como la de Eton y otras parecidas en su concepción, "son edificios en extremo sencillos en cuanto a exteriores y plantas, pero con abundante decoración magistralmente ejecutada", escribió Pevsner.

Las desgracias del rey, también afectaron a Ely y a la Capilla, porque los trabajos se interrumpieron en 1461 cuando Enrique fue destronado por primera vez. Entonces, se cortó también el pago de sus honorarios, que ya nunca cobró hasta su muerte en 1471, y se dispersó el conjunto de obreros y artesanos que trabajaban en la obra. La leyenda cuenta que un sillar quedó a medio labrar y que así permaneció hasta 1724, cuando fue utilizado como piedra fundamental de un nuevo edificio de la Universidad de Cambridge, el Fellows' Building diseñado por James Gibbs.

Al interrumpirse los trabajos en 1461, la obra de la Capilla se alzaba del suelo sólo unos 18 metros en el sector este y apenas 2 metros en el oeste. Todavía es reconocible esta primera etapa constructiva: la piedra fundamental y estos primeros muros son de una roca sedimentaria blanca proveniente de las canteras de Tadcaster, en el Yorkshire, una piedra caliza cuya composición química además de carbonato de calcio incluye notablemente magnesio.

Después de su interrupción, la obra, reanudada en 1476, empleó arenisca del Northamptonshire, roca también sedimentaria pero de coloración dorada, producto de los óxidos minerales que se combinan con el cuarzo. Esta etapa comprende los años 1476 a 1485, y, sorprendentemente, corresponde a los reinados de Eduardo IV y Ricardo III, ambos pertenecientes a la Casa de York. En realidad, bajo Eduardo es poco lo que la obra avanzó, pero no fue abandonada. En cambio, con Ricardo III el avance fue mayor, llegando a completarse seis tramos, cinco de los cuales fueron techados provisionalmente con un armazón de roble y cubierta de lámina de plomo. Las obras fueron dirigidas por John Wolrich y luego por Simon Clerk. Y fue probablemente en este tiempo cuando empezó a pensarse que los techos definitivos, en vez de construirse en madera y plomo, podrían materializarse por medio de una inmensa bóveda de piedra.


Luego las obras se interrumpieron nuevamente hasta 1508, cuando Enrique VII, tras derrotar a Richard en la Batalla de Bosworth y convertirse en el primer monarca de la Casa de Tudor, prometió terminar la Capilla. Entonces se hizo cargo de las obras, introduciendo grandes novedades de diseño, el cuarto, último y más notable de los master masons del templo, el arquitecto John Wastell. No era el Maestro Real, sino un cantero destacadísimo por su maestría, devenido arquitecto de la obra en su aspecto más delicado. Bajo su dirección, los trabajos tomaron ritmo y las altísimas bóvedas fueron terminadas entre 1512 y 1515, ya durante el reinado de Enrique VIII. Es una creación de Wastell especialmente la inmensa bóveda de abanicos, que ha sido considerada como el más noble techo de piedra en existencia en el mundo. El diseño produce un efecto visual formidable, y es posible que el observador poco analítico apenas vea sólo un resultado decorativo en aquello que es una compleja y refinada solución constructiva que, al repetirse en forma modular conforma un esquema racionalmente lógico y sintético.


A partir de entonces, se construyeron también los altísimos vitrales -entre 1515 y 1547-, interviniendo vitralistas ingleses y holandeses. Cada vidriera consta de cuatro escenas principales, ilustrativas del Antiguo y del Nuevo Testamento, representadas por medio de vidrios coloreados.



Casi terminada, la Capilla del King's College de Cambridge fue formalmente inaugurada en 1544. La terminación fue la obra maestra de Wastell y de todo el segundo período del gótico perpendicular. Pero, además, la Capilla es una de las más fascinantes materializaciones del espíritu gótico inglés, que no es como el francés, porque no fueron iguales la Edad Media inglesa y la francesa.

Tres dinastías y muchos reyes habían intervenido en su construcción y, si bien la obra mantiene su coherencia original, en su interior registra el pasaje del esplendor del gótico más refinado (las bóvedas) hacia los inicios del Renacimiento: la "screen" (excepcional obra de ebanistería en forma de mampara interna, que divide la ante-capilla del coro) y la impresionante sillería del coro, tallada en madera alrededor de 1532-1536, ya corresponden a la introducción en Inglaterra de las nuevas ideas sintetizadas en la Florencia del Quattrocento, aunque lleguen muy mestizadas con la tradición medieval inglesa todavía dominante.

En la mampara pueden leerse las iniciales de Enrique VIII y de quien era, por entonces su esposa, Ana Bolena, y sus símbolos familiares: la rosa Tudor y el halcón. En la sillería, alrededor de 1633 fueron tallados los escudos heráldicos de los monarcas ingleses desde Enrique VI hasta Carlos I, y, al norte el del Eton College -del que provinieron los alumnos durante 400 años-  y de la Oxford University, y al sur los de Cambridge y del King'S College. Toda una crónica visual.

Más aún: en 1961 un legado enriqueció todavía formidablemente a la Capilla. Así, "La adoración de los Reyes Magos", de Rubens (1641) fue emplazado en el extremo este, en el altar.

Si es cierto que existen los milagros arquitectónicos, la historia de la Capilla podría argumentar que fue por esa sorprendente causa que el templo se salvó de todas las destrucciones causadas por el paso del tiempo, por los fenómenos naturales y por el salvajismo de las guerras. Pero también es justo recordar que fue cuidada. Incluso, durante la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de los vitrales fueron desmontados para garantizar su seguridad ante el riesgo de bombardeos como los terribles que pretendieron amedrentar a Londres sin lograrlo. El espíritu de la Inglaterra de Churchill derrotó a la paranoia asesina.

El órgano de la Capilla

En el centro de la nave, coronando la mampara de 1532, en 1605 Thomas Dallam construyó un enorme órgano cuya forma actual parece un imponente estandarte barroco. Afortunadamente se conserva la documentación escrita original, que permite conocer en detalle los materiales utilizados a comienzos del siglo XVII. Posteriormente se efectuaron muchas reparaciones, reconstrucciones y perfeccionamientos, llevados a cabo por Lancelot Pease (1661), Thomas Thamar (1673-7), Renatus Harris (1686-8), John Avery (1803-5), y la firma de William Hill (1834, 1859,1889 y 1911). En 1934 el órgano fue ampliado y reconstruido en su forma actual por la firma Harrison & Harrison Ltd., de Durham. Otras modificaciones se hicieron en 1950 y 1968 y en 1992, además de una restauración, se hizo una modernización de la consola actualizándola en su sistema eléctrico. En 2009 Harrison & Harrison realizó la última de las intervenciones hasta el momento.

Pero la historia continúa, y el 22 de febrero de 2012, apenas unos días después de nuestro domingo en Cambridge, la Capilla incorporó un nuevo órgano de cámara, hecho manualmente en Alemania por Henk Klop, en reemplazo del ya veterano "Bob" fabricado por E.W.Johnson, activo durante cuarenta años. La información periodística agrega que Stephen Cleobury, Organista y Director de Música de la Capilla, no ahorró palabras para expresar su emoción.

Las crónicas destacan que la familia Klop adquirió una importante reputación internacional como artesanos organeros, especialmente por haber sabido producir instrumentos de alta calidad cuando, a partir de los años sesenta del siglo XX, creció la demanda de órganos pequeños para la ejecución de música antigua. Los Klop desarrollaron una interesante combinación de fidelidad hacia prototipos históricos y técnicas contemporáneas.

Ese era justamente el interés en Cambridge: contar con un instrumento moderno y a la vez fielmente capaz de dar sonido a música antigua. El Maestro Cleobury ya conocía y estaba muy impresionado por la belleza del sonido de los Klop, y esperaba el nuevo órgano para acompañar mejor al Coro en su repertorio más temprano y también a ensembles musicales como la "Academy of Ancient Music".

El nuevo órgano de concierto complementa ahora al antiguo enorme e insuperable Harrison manual de la Screen. El mueble pequeño, de un metro, ha sido ubicado al este de las sillerías del coro. Tiene tubos de madera, la caja es de roble y el teclado de ébano y arce.

El Servicio

Cuando estábamos programando nuestro viaje de febrero, Gustavo Milstein no dudó en organizar nuestro itinerario para asistir al servicio del domingo a las 3:30 pm. y escuchar al coro de niños.

El Reino Unido tiene una historia fascinante, Inglaterra muchísimas ciudades históricas y, entre ellas, Cambridge es un "must". Sus calles, sus edificios, sus pubs, el río Cam y los minúsculos e íntimos enclaves urbanos legados por la historia, son imperdibles. Pero el momento de mayor intensidad emocional, el que supera a todos los encantos visuales, es aquel de las 3:30.

La Capilla del King's College es famosa por sus servicios corales, en especial por la celebración del "Evensong". El "King's College Choir", "a crowning glory of our civilisation", como lo llamó el compositor Sir Peter Maxwell Davies, fue fundado por el mismo rey Enrique VI, fundador del College y de su Capilla, lo que establece una relación fundacional insoslayable como pocos casos en el mundo entre historia, educación, arquitectura y música: una inflorescencia del espíritu humano.
Esta sigue siendo, cinco siglos y medio después, la razón de ser del Coro y también la motivación fundamental en sus vidas presentes para los coreutas actuales,  herederos directos de aquellos del siglo XV. Los 16 que se educan gracias a las generosas becas de la King's College School, los otros 14 estudiantes de canto coral y los 2 que se forman como organistas, todos ellos niños y jóvenes que, además de cursar los estudios generales y habituales para sus edades, tienen una extraordinaria vocación musical. Y coral, lo que implica no sólo amor por la excelencia musical sino disciplina y capacidad de integración con los demás para producir belleza en conjunto. Espíritu coral.

Atender al servicio de las 3:30 y escuchar al Coro es una experiencia inolvidable, pero de aquellas que uno quisiera repetir siempre. "I would happily sit in King's College Chapel listening to this choir sing for the rest of my days", escribió un músico en The Times.

El Coro del King’s College, es, sin dudas, uno de los más importantes del mundo. Y tal vez uno de los más conocidos, aunque no tanto en la Argentina. Desde 1928 la BBC de Londres transmite en cada Navidad el "Festival of Nine Lessons and Carols" de Cambridge, pero la emisión se difunde poco en la Argentina.

Aparte del servicio diario, el Coro realiza, además, grabaciones, conciertos y giras. En los años recientes ha recorrido Europa, Estados Unidos, parte de América del Sur, Australia y países del Pacífico. Ha actuado en el Concertgebouw de Amsterdam, en Santa Cecilia (Roma), en el Festival de la Casa da Música de Porto, en el Shanghai Concert Hall, en el National Centre for the Performing Arts de Beijing, en Taiwan y en Singapur, entre otros lugares.

En marzo de 2012 el Coro de la Capilla del King's College de Cambridge cantó en la celebración del 800º aniversario del "Thomanerchor" (el coro de niños de la Thomaskirche) de Leipzig, junto con otros coros de niños de distintos lugares del mundo. Dieron un concierto previo y cantaron juntos el "Evensong". El Thomanerchor fue fundado en 1212, en el año de la fundación de la propia iglesia (hoy Luterana) de Santo Tomás y es uno de los más antiguos y famosos de Alemania. Johann Sebastian Bach fue Director del Thomanerchor entre 1723 y su muerte en 1750. Actualmente está formado por 92 niños y adolescentes de entre 9 y 18 años de edad.

Para quienes no han tenido la inmensa fortuna de escuchar a estos coros personalmente, queda el consuelo de las grabaciones. El del King's College tiene sus discos compactos -como tiene uno grabado nuestro Coro del Colegio Nacional de Buenos Aires-. Pero los de Cambridge se difunden en el mundo con el sello EMI Classics y figuran en la página web de EMI (http://www.emiclassics.com/artistdiscography.php?aid=121). Además, existe una cantidad de grabaciones y filmaciones en You Tube.


Los coreutas del King's College son alumnos de la King's College School of Cambridge, una escuela sostenida por la Corona que tiene 400 alumnos y alumnas de entre 4 y 13 años de edad. Los coreutas son seleccionados en una audición anual y se incorporan al cumplir su cuatro año de estudios. El Maestro Stephen Cleobury, CBE, es su Director de Música.

Aquel domingo 5 de febrero

Aquel domingo 5 de febrero de este año 2012, allí estuvimos. Quizás por el clima frío, no éramos muchos los que paseábamos a las tres de la tarde. Veníamos de mirar varios edificios notables -los de Stirling, Foster e Insall-, y después de cruzar por un puente el pequeño río Cam, bordeamos la nieve posada sobre el Back Lawn, mientras llegaban los niños del coro, acompañados por sus familiares. Dimos la vuelta a la Capilla, entramos por la Gatehouse, cruzamos el Front Court y la emoción iba creciendo. Finalmente, palpitando, ingresamos a la Capilla sabiendo que dábamos un paso hacia el interior de uno de los mejores espacios construídos por la Humanidad.

Seguramente si no estuviera prohibido sacar fotos, nos habríamos perdido la percepción directa, la contemplación natural del paisaje arquitectónico que nos envolvía. Ahora, busco afanosamente en libros e Internet las fotos de aquello que vimos con nuestros propios ojos, para poder contar la sensación maravillosa de estar allí.

Pero teníamos poco tiempo, porque la Capilla se abre para el servicio y ya eran casi las 3:30. Nos hicieron pasar como recibiéndonos en su casa, y nos indicaron un lugar excepcional para nuestra mayor fortuna. En la sillería del Coro, al lado mismo de los coreutas. Y una señora de exquisita delicadeza nos indicó el libro con las letras de los cantos para que pudiéramos seguir atentamente la celebración.

La Capilla está magníficamente bien conservada y cuidada. Los metales relucían y las maderas mostraban un lustre y una limpieza asombrosamente perfectos. Rápidamente, el ambiente humano y el arquitectónico, fundidos en una unidad por la música, nos invadieron el alma, en una sensación de paz, armoniosa y placentera.

El servicio estuvo presidido ese día por el Reverendo Michael Boss, y, como era el domingo inmediatamente anterior al 60º aniversario del fallecimiento del rey Jorge VI (el monarca que reinó en la Inglaterra que, con Churchill, triunfó en la II Guerra Mundial) y el consiguiente ascenso al Trono de la reina Isabel II, fue dedicado a la conmemoración. Era un día inesperadamente especial para nosotros. No lo habíamos imaginado.

Para recordar el inicio del reinado de Isabel, Evensong incluyó esta vez el "Magnicat" del "Great Service" del compositor isabelino William Byrd, y su himno "O Lord, make thy servant Elizabeth". Pero el programa total se desarrolló así: Preludio, ejecutado con el gran órgano,  el BWW 552i de Bach. A continuación el Hymn 341 ("Blest are the pure in heart"), Responses Byrd, Psalm 148 Walmisley, el Magnificat del Great Service de Byrd, "Nunc dimittis" del Second Service de Byrd, el himno "O Lord, make thy servant Elizabeth" de  Byrd, el Hymn 265 "Lord of beauty, thine the splendour" y la Organ Voluntary Fugue en E flat, BWV 552ii de Bach.

La música era esplendorosa, llenaba toda la inmensa capilla, se engalanaba con el sonido profundo del órgano, pero, lo más deslumbrante era observar muy de cerca las voces de los niños, cuya intensidad emotiva asombra. Ver sus caras infantiles, escuchar su canto, ver la seriedad, dedicación y delicadeza de sus gestos, motiva muchísimas reflexiones acerca de la cultura, la educación, el arte, la vida, la humanidad... Aunque las urgencias cotidianas nos empujen, deberíamos siempre darnos el tiempo necesario para ver, para escuchar, para pensar... La Capilla del King's College, a las 3:30 debe ser uno de los mejores remansos...

El del 5 de febrero fue un servicio y un concierto inolvidable bajo todos los aspectos. Si no hubiera sido una ceremonia religiosa, hubiéramos permanecido allí largo tiempo, en silencio, disfrutando extasiados lo que acabábamos de vivir, seguros de que en la vida puede haber muchas circunstancias especiales, pero que era ésta una de aquellas que, con su recuerdo, nos pueblan el espíritu para soportar luego las dificultades y los contratiempos, porque dan dimensión y motivo al oficio de vivir, bañando de luz los momentos inevitables de penumbra.

Casi en absoluto silencio, embargados por la emoción, fuimos saliendo de a uno por vez. Al llegar nuevamente al Front Court, ya estaba casi anocheciendo y hacía mucho frío. Pero no importaba: lo difícil era enhebrar palabras simples que no fueran vulgares para empezar a comentar lo vivido. Por suerte, Gustavo Milstein, experto en la materia, nos dio el tiempo necesario para pensar.
En casa de Gustavo Milstein

Y por suerte, también, nos tenía preparada una nueva sorpresa, para no olvidar jamás a aquel domingo en Cambridge. Así, entre la nieve, llegamos a su casa, en donde nos esperaba una cena -casi un banquete- con que Silvina, su mujer, nos estaba esperando. Casa hospitalaria de arquitecto y compositora, con la mesa familiar rodeada de recuerdos y de instrumentos musicales antiguos... y con la cocina en la cual el tío de Gustavo, nuestro Premio Nobel César Milstein, solía desplegar sus menos conocidas sabidurías culinarias... Una casa poblada de afectos y de virtudes...

Disfrutamos los platos exquisitos que Silvina había preparado, hablamos de la Capilla y del Coro, de los avances de los hijos, de nuestro atribulado país y de los avatares de la vida británica. Después de graduarse en el Colegio Nacional de Buenos Aires, Gustavo empezó la carrera de Arquitectura en la UBA. Pero cuando el clima argentino se enrareció, su tío lo llamó al Reino Unido, y Gustavo terminó sus estudios en Edimburgo. Hoy reside en Cambridge y ejerce la profesión en uno de los grandes estudios británicos, con obras en todo el mundo. Incluso en Cambridge, algo no tan frecuente en nuestra época globalizada.

La presencia de César Milstein es constante en la conversación. Él también amaba la música. Había nacido en 1927 en Bahía Blanca, en cuyo Colegio Nacional cursó el Bachillerato entre 1939 y 1944, mientras Europa libraba la Segunda Guerra. Un año después, el inglés universal Winston Churchill derrotaría al asesino serial más sanguinario de la historia. Ya por entonces, Milstein estaba en la Universidad de Buenos Aires, en cuya Facultad de Ciencias Exactas -situada en la Manzana de las Luces- cursó entre 1945 y 1952, graduándose como Licenciado en Ciencias Químicas, mientras trabajaba en un laboratorio para poder sostenerse mientras seguía sus estudios. En 1957 se doctoró, siendo el Dr. Andrés Stoppani su maestro y director de tesis doctoral.

Entre 1952 y 1957 fue auxiliar de investigación en el Instituto de Química Biológica de la  Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, y entre 1957 y 1963 integró el staff del Instituto Nacional de Microbiología Carlos Malbrán de Buenos Aires, cuyo Director, el Dr. Ignacio Pirosky lo había convertido en uno de los principales centros científicos del país.

César Milstein obtuvo su primera beca en el exterior, que le permitió investigar y perfeccionarse en el Medical Research Council Laboratory of Molecular Biology de Cambridge durante el período 1958-1960, retomando luego su tarea en el Malbrán.

Humilde, laborioso, esforzado, después de haber estado en un centro de avanzada no dudó en volver a su patria para devolver con su esfuerzo la educación recibida. Doctor, no dudó en oficiar de carpintero para reparar muebles en desuso y equipar artesanalmente su laboratorio. Amaba la ciencia y el bien, pero la política ignorante se atravesó en su camino. El Malbrán fue intervenido en 1962, Pirosky expulsado y Milstein, ahora jefe del recientemente creado Departamento de Biología Molecular, quedó sin trabajo. Un pésimo funcionario prepotente creyó que el país no necesitaba biología molecular.  

No pensaban lo mismo quienes habían conocido a César Milstein en Cambridge. Muy a su pesar, hizo nuevamente las valijas y en 1964 estaba de vuelta en el Laboratorio del MRC. Allí, junto con Georges Köhler, empezó a configurar los llamados anticuerpos monoclonales, que en su máxima pureza, prometían una posible eficacia para la detección y curación de enfermedades. En 1975 fue nombrado Fellow de la Royal Society, en 1980 Fellow del Darwin College de Cambridge y en 1984 sus descubrimientos científicos efectivos fueron premiados con el Nobel de Fisiología y Medicina.

En 1987 César Milstein fue declarado ciudadano ilustre de la Ciudad de Bahía Blanca y recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional del Sur. En la Argentina no se lo olvida, y la Universidad de Buenos Aires lo recuerda como uno de sus grandes ex alumnos, no sólo por sus méritos científicos sino también por sus virtudes humanas. Cuando falleció en 2002, nunca había olvidado él tampoco a su Argentina. Había tenido que irse, pero deseaba que nunca más tuvieran que hacerlo los jóvenes científicos del país.

Yo sabía bastante acerca de César Milstein cuando cobré conciencia de que Gustavo, mi ex compañero del Buenos Aires, era sobrino suyo. Pero nunca habíamos tenido tanto tiempo como aquel domingo de Cambridge para hablar del ser humano detrás del Premio Nobel. Y a esta altura pocas cosas me alegran más que descubrir detrás de una persona conocida la personalidad de un buen ser humano.

Silvina Milstein

La misma humildad llena de calidez la casa de Gustavo Milstein en Cambridge. Mientras hablábamos de tantas cosas, pudimos conocer y comprender mucho a Silvina. Nació en la Argentina, pero estudió en la Glasgow University, en donde fueron sus maestros en composición musical Judith Weir y Lyell Cresswell. Establecida en la Cambridge University, trabajó con Alexander Goehr entre 1983 y 1988. Obtuvo becas de investigación en el Jesus College y el King's College, y se incorporó en 1990 como profesora de composición y de historia de la música contemporánea en el King’s College de Londres, en donde sigue enseñando actualmente.

Sus investigaciones musicales se centran en los aspectos compositivos musicales de la  Segunda Escuela Vienesa, en particular en la música de Arnold Schoenberg. Y sus propias composiciones musicales han sido ejecutadas por algunos de los conjuntos y orquestas más importantes de la actualidad en su tipo de música, incluyendo la BBC Scottish Symphony Orchestra, el Ensemble Modern, la London Sinfonietta, Lontano, los BBC Singers, el Endellion String Quartet, y Jane Manning.

Hablar con Silvina de música, de composición, de Schoenberg, de César Milstein, de los caballos que apasionan a la hija veterinaria de Silvina y de Gustavo, de las tradiciones culinarias argentinas e inglesas o de la Argentina y de Cambridge, es como disfrutar de la cultura en forma intensa y distendida.

Cuando se acercaba la hora de nuestro tren de regreso a Londres, no teníamos ningún entusiasmo por interrumpir una noche mágica en casa de Silvina y Gustavo. Pero el 6 era lunes y teníamos que volver, nosotros a nuestro itinerario, Gustavo al estudio y Silvina a sus clases.

Adiós a Cambridge

Oxford y Cambridge son dos de las Universidades más antiguas del mundo y las dos más célebres de Inglaterra. Aunque ambas tienen muchos puntos en común y largas historias simultáneas, en su profundidad cultural son distintas y complementarias.

Tal vez Cambridge tenga una imagen más progresista y de Oxford hayan nacido en medio de las tradiciones muchos de los grandes progresos de la mente humana. ¿Cómo hablar de una sin la otra? Lo seguro es que Cambridge tuvo un momento de cambio cuando en 1873 empezó a admitir alumnos que no provenían exclusivamente de Eton. Si siempre había sido parte fundamental de su carácter la tolerancia, con las reformas de aquellos años se incorporó un creciente número de alumnos no-conformistas. Si la pérdida de algunas tradiciones estéticamente atractivas fue vista como algo negativo, la pluralidad hizo bien a la salud intelectual de Cambridge. La diversidad la enriqueció.

Si en Oxford es imprescindible ver la Bodleian Library, el Sheldonian Theatre de Christopher Wren y el antiguo Ashmolean Museum -el más antiguo del mundo-, en Cambridge no es posible perderse la visita a la Capilla del King's College a las 3:30, para asistir al servicio y escuchar al Coro de Niños y al órgano Harrison en el Evensong.

Aunque llueva o nieve. Es una de aquellas cosas que es preferible no perderse en la vida. Les debo a Gustavo y Silvina Milstein el que hayamos podido disfrutarlo. En un domingo 5 de febrero mágico de 2012 que nunca podremos olvidar.
Olivos, 20 de agosto de 2012
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Evensong (1)(canto vespertino)
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Fuentes

Hopfl, Heinz. Breve historia de Inglaterra. Buenos Aires, El Ateneo, 1961.
Churchill, Winston S. Historia de Inglaterra y de los pueblos de habla inglesa. Tomo Cuarto. Las grandes democracias. Buenos Aires, Peuser, 1959. Traducción de Santiago Ferrari.
Pevsner, Nikolaus. Esquema de la arquitectura europea. Buenos Aires, Infinito, 1968. 2ª edición. [Edición original: An Outline of European Architecture, Penguin, 1943].
Müller, Werner; Vogel, Gunther. Atlas de arquitectura 2. Del románico a la actualidad. Madrid, Alianza, 1985.
Watkin, David. English Architecture. A Concise History. London, Thames & Hudson, 1979.
Grodecki, Louis. Architettura Gotica. Contributi di Anne Prache e Roland Recht. Milano, Electa, 1978.
Grodecki, Louis. La Sainte-Chapelle. Paris, Caisse nationale des Monuments historiques et des Sites, 1975.
Toman, Rolf (Editor). El gótico. Arquitectura, Escultura. Pintura. Köln, Könemann, 1999. 
Lorenzano, César. César Milstein, Premio Nobel de Medicina 1984. En: P. Lorenzano, T. Molina (eds.) Filosofía e historia de la ciencia en el Cono Sur, Universidad Nacional de Quilmes, 2002
The Nobel Foundation. The Nobel Prize in Physiology or Medicine 1984 http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/medicine/laureates/1984/milstein.html
César Milstein. His groundbreaking research into the immune system helped to create the biotech industry - and won the Nobel Prize. London, The Guardian,  Wednesday March 27, 2002.

Páginas Web:



ArquiNoticias le agradece al arquitecto Gustavo Brandariz por permitirnos conocer la Capilla del  King's College a través de su relato y de sus emociones.

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