por Arantza Alvarez para Diario Design
Esta pieza arquitectónica, diseñada por los arquitectos Beatriz García Morales y Enrique Chapa, se define como un elemento central en torno al cual se reorganizan los accesos y la nueva ampliación del Cementerio de Pedreguer en Alicante.
El espacio creado por QBarquitectos ofrece a las personas que han perdido a sus seres queridos un ambiente íntimo en el que pueden reflexionar y meditar con tranquilidad.
El proyecto trata de transmitir la idea de punto de intersección, de frontera, de cruce de caminos, y para ello se disponen de dos piezas en forma de U que se maclan entre ellas. La primera, está realizada con planchas de acero cortén, y es la más pesada y opaca. Los planos horizontales simbolizan el cielo y la tierra, y se unen mediante un plano vertical del mismo material, perforado por agujeros de diferente tamaño que sirven de condensador atmosférico, de constelación, de mecanismo que conecta ambos mundos…
La segunda pieza es más ligera y transparente, estableciendo una relación visual con los elementos terrenales que la rodean, como la disposición ordenada de los nichos. La utilización de una malla entretejida de acero inoxidable, que es permeable a los condicionantes atmosféricos exteriores, constituye un “límite difuso” que, unido a las perforaciones del lado opuesto, recrean un juego temporal y espacial que acompaña en la meditación.
La escenografía de tránsito, de barca de Caronte, se completa con la existencia de unalámina de agua en el plano del suelo. Sobre ella, el volumen central parece estar flotando; su acceso se hace a través de unos peldaños.
El agua, el aire, la luz, los reflejos… los elementos ancestrales que siempre han formado parte de todas las culturas en el lugar de tránsito entre la vida y la muerte, caracterizan también este proyecto.
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