Casa del Infinito por el arquitecto Alberto Campos Baeza
publicado por A AS Architecture
En un lugar maravilloso como un pedazo de paraíso en la tierra, en Cádiz, hemos construido un plano infinito con vistas al mar infinito, la casa más radical que jamás hemos hecho. Al borde mismo de las aguas del Océano Atlántico, donde los une al mar el nuevo y el viejo continente, surge una plataforma de piedra. En el lugar donde todos los barcos del Mediterráneo utilizan para pasar y todavía pasar por mientras se dirigen hacia el Atlántico. Allí hemos construido una casa como si fuera un muelle frente al mar. Una casa que es un podio coronado por un plano horizontal superior. En este plano rotundamente horizontal, desnuda y despojada, nos enfrentamos a el lejano horizonte trazado por el mar donde se pone el sol. Un plano horizontal a lo alto construido en piedra, travertino romano, como si fuera arena, un plano infinito frente a la mar infinito. Nada más y nada menos. Para materializar este plano horizontal elevada, que es la principal sala de estar de la casa, hemos construido una caja grande con 20 metros de frente y 36 metros de profundidad. Y bajo esos primeros 12 metros se excavaron dos pisos en la roca sólida para desarrollar la totalidad espacio vital. Los romanos estaban allí hace un puñado de siglos. Bolonia, las ruinas de las fábricas pesqueras romanas donde producían garum y construyeron templos para sus dioses, es sólo un tiro de distancia de piedra. En su honor hemos construido nuestra casa, como una acrópolis en piedra, en mármol travertino romano. Para dar aún más fuerza a la plataforma de incorporamos todo el terreno ya en la pared de la entrada que nos separa de la calle, también realizado en travertino romano. Una vez dentro de la pared, la entrada de la casa va a ser a través de una "trinchera" en la forma de escaleras excavado en la superficie superior de la plataforma. Un poeta griego dijo que se trata de un verdadero temenos, un lugar de encuentro, donde según la mitología, los humanos y los dioses se reúnen. En la plataforma de piedra despojada, tres paredes que nos rodean y nos protegen de los fuertes vientos reinantes. A veces es como si alguien hubiera abierto la bolsa que contiene los vientos de Eolo. Los mismos vientos que llevaron a bordo del buque en el que Ulises hizo su viaje a casa. Hay un precioso grabado de Rembrandt de 1655, "Cristo se presentó ante el Pueblo", que siempre me ha fascinado. En ella, Rembrandt esboza una línea recta horizontal. Perfectamente rectos y perfectamente horizontal. Es la frontera de la tarima de gran alcance, el podio sobre el que se desarrolla la escena. Allí, como Mies hizo tan a menudo, que ha hecho que el avión en una línea. Estoy seguro de que Rembrandt y Mies les gustaría nuestra casa podio, todo podio, único podio. Como diría Adalberto Libera, que hizo lo mismo cuando él construyó su Casa Malaparte en Capri. Y nos guste demasiado. Y cuando nos fijamos en nuestra casa de la playa, se nos recordará de todas ellas. Queríamos que esta casa sea capaz no sólo de hacer el tiempo se detenga, sino para permanecer en las mentes y los corazones de la humanidad.
Fuente de Alberto Campo Baeza
Localización: Cádiz, España
arquitectos: Alberto Campo Baeza
Equipo del Proyecto: Tomás Carranza, Javier Montero, Alejandro Cervilla García, Ignacio Aguirre López, Gaja Bieniasz, Agustín Gor, Sara Oneto
Estructura: Andrés Rubio Morán
Aparejador: Manuel Cebada Orrequia
Contratista:Chiclana
Area: 900 m²
Año: 2014
Fotografías: Javier Callejas Sevilla
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