El Comercio, Ecuador
En la entrada el techo es muy bajo pero la vista no tiene obstáculos. A medida que el visitante avanza hacia el interior, la altura se incrementa gradualmente y que se extiende sobre una superficie en constante aumento.
El club, diseñado por el legendario arquitecto Isay Weinfeld, se divide en dos áreas principales: una acogedora zona que oficia de salón principal y que recuerda a un club para caballeros de edad adulta; y un sótano, reservado para eventos privados y que tiene un carácter mucho más informal.
El salón posee cómodos sofás de curo marrón, luces móviles para lectura y un bar de estilo clásico.
El sótano cuenta con un techo bajo. En el centro hay sillones de corte más juvenil y las paredes están forradas de carteles tipo revistero, que imponen un carácter más distendido al sitio.
La iluminación decorativa pone el toque lúdico y sensual, pues está compuesta por luminarias de colores que alumbran directamente desde el techo y desde algunas paredes.
Las dos áreas terminan en dos grandes y ventilados ventanales que se conecta con un jardín tropical, que posee una cascada de aguas cristalinas.
La idea original del diseño interior de este bar de 550 m², cuenta una reseña de The Guardian de Inglaterra, fue de los arquitectos paisajistas Marcos Campos y Isay Weinfeld y la producción fue de: Eduardo Poppo, Alexandre Nobre y Bruno Gomes.
Pero no solamente la arquitectura interior impacta en el Número Bar; sus paredes llenas de collages de recortes de revistas son tan o más singulares.
Estas paredes así texturadas e iluminadas por los reflectores de colores diversos ponen un toque intimista, casi mágico al lugar.
Pero, ¿de quién o de quiénes fue este trabajo tan minucioso y tan preciosista al mismo tiempo? Pues fue la tarea de todo un equipo. El director del collage fue Galileo Giglio, y sus asistentes Wesley Pinto, Juliana Vilela y Arthur Leandro. La producción estuvo a cargo de Frederico Junqueira, Juliana Matsubara e Isabel Novais.
El bar fue creado por el empresario Mark Fields, quien también es dueño de la discoteca colindante. Tuvo la colaboración de los empresarios Fernanda Barbosa Maia, Abdalla Bill, Santiago y Gustavo Diniz Paulus.
El diseño de los muebles también fue obra de este arquitecto paulista, quienes también han ganado premios internacionales por eso. El mobiliario que escogió fue el sobrio para el bar de las personas mayores.
Los sofás son de dos y tres cuerpos y de estilo más bien clásico. Todos están forrados con cuero de colores café y chocolate.
En el bar del sótano, en cambio, prima el color y la vanguardia en lo que se refiere al diseño.
Los muebles son menos estilizados y más informales. Los pufs y las butacas de corte minimal son los que exponen el carácter. los colores también son apropiados para el lugar: naranjas, verdes...
En síntesis, el Número Bar es una acertada síntesis entre arquitectura, diseño interior y arte. Y sirve para mejorar la imagen de una ciudad considerada por muchos como fea, atosigante y hasta despiadada.
Arquitecto, cineasta, diseñador
Isay Weinfeld nació en Sao Paulo, Brasil, en 1952. Se graduó en la escuela de Arquitectura del Instituto Presbiteriano Mackenzie, en 1975 e, inmediatamente, empezó a ejercer su profesión.
Durante sus años de ejercicio, no solamente hizo diseño arquitectónico sino también exposición gráfica, escenografía, diseño de muebles, proyectos de diseño interior y hasta películas.
Ha sido reconocido varias veces por su labor por el Instituto de Arquitectos del Brasil y es uno de los iniciadores de la Bienal de Arquitectura de Sao Paulo, una de las tres más prestigiosas de América latina, junto a las internacionales de Buenos Aires y Quito.
Como cineasta ha producido varias películas, entre ellas Fogo e Paixao, premiada en 1988. Con el Número Bar, Isay Weinfeld ganó el premio al Mejor Diseño Interior del Año 2010 de Brasil.
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