publicado en Embelezzia
El diseño de esta vivienda fue inspirado por las vistas desde la cima y las enormes rocas de la propiedad. Concebida como un búnker en la roca, la casa es conocida como “Pierre”. Entre el dueño de la casa y la firma de arquitectos dieron la vuelta al problema de las rocas, con un proyecto sostenible que integra la vivienda en el paisaje.
Con la ayuda del estudio de Arquitectura Olson Kundig, cuyo enfoque para el diseño sostenible se basa en la naturaleza, la orientación de los edificios y la minimización de los residuos, se construyó una vivienda excepcional, en todos los sentidos, ubicada en este espectacular paraje de las Islas San Juan, en Estados Unidos.
Integrando métodos innovadores para la ventilación natural, la luz del día, el uso de energía, materiales reciclados y reutilizados, análisis del ciclo de vida de costes y la tecnología de techo verde, las porciones de la saliente rocosa fueron excavados utilizando una combinación de trabajo de la máquina y el trabajo hecho a mano.
Olson Kundig Arquitectos comenzó su existencia creadora con el arquitecto Jim Olson, cuyo trabajo en la década de 1960 exploró la relación entre las viviendas y el paisaje que habitan en el noroeste. Olson comenzó la empresa basada en algunas ideas simples: que los edificios pueden servir como un puente entre la naturaleza, la cultura y la gente, y que un entorno inspirador tener un efecto positivo en la vida de las personas.
El contratista utilizó barrenos para definir el contorno del edificio, después se utilizaron trituradoras hidráulicas, sierras de alambre y otras herramientas manuales, trabajando con implementos cada vez más finos, según avanzaba la construcción. La roca excavada fue reutilizada como árido machacado en el suelo. Se han mantenido las marcas de excavación como un recordatorio del proceso de construcción.
Con la excepción de una suite de invitados, todas las estancias están en el mismo nivel. No se trata de una casa llena de dormitorios, sino que apenas cuenta con una cocina americana, comedor y un salón no muy grande. Sus dos grandes librerías se abren para dar acceso a la lavandería y la despensa, que permanecen ocultas.
A lo largo de la casa, la roca está integrada en el espacio, lo que contrasta con las texturas de lujo de los muebles. Interior y exterior de la chimenea están tallados en piedra, nivelando en la parte superior, y dejando el resto en bruto.
El lavabo del cuarto baño principal se compone de agua en cascada a través del pulido de la piedra existente. Un ingenioso sistema de espejos y ventanucos horadados en la roca y tapados con cristales consiguen el aprovechamiento absoluto de la luz natural.
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