Entrevista a Gustavo Medeiros Anaya
Por Omar Paris para 30-60 cuaderno latinoamericano de arquitectura N7 Colores octubre de 2005.
Gustavo Medeiros Anaya nació en Bolivia y reside actualmente en Cochabamba. Obtuvo Medalla de Oro por sus méritos en la carrera de Arquitecto en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba
en el año 1964. Como artista plástico autodidacta, participa en eventos internacionales de pintura, grabado y textil desde 1963. Autor de importantes obras de escala urbana y arquitectónica. Director del Centro de Estudios y Proyectos Nueva Visión. Catedrático en la Universidad de Cochabamba. Ha dictado cursos en 11 Universidades de Bolivia, Argentina, Ecuador, Colombia y Panamá. Ha escrito y publicado libros y artículos sobre su obra y el pensamiento arquitectónico, urbanístico y pictórico. Tanto su arquitectura como su pintura se destacan por identificarse con el ámbito y la cultura andina. Para: Gustavo Medeiros Anaya
Omar Paris
Hola Gustavo, espero que estés bien.
Si te parece, podemos comenzar la entrevista con estas preguntas y luego intercalaría algunos otros interrogantes que surgirán seguramente de tus respuestas.
De esta manera tendremos unas idas y vueltas para que sea más fluido este diálogo escrito.
O.P. Giancarlo Puppo en el prólogo del libro de tu autoría titulado Una visión pictórica del ámbito andino te califica como uno de los pocos que logra pintar lo latinoamericano "sin folklorismos, utilizando una visión y una tecnología contemporáneas".... ¿Podrías decirnos de donde surge tu interés en rescatar aspectos de la identidad latinoamericana desde tu obra pictórica?
G.M. Nunca tuve una posición premeditada en la búsqueda de una identidad, creo que ella brota natural y espontáneamente, en la medida en que es auténtica. Ahora bien, cuando encontré que la pintura boliviana (en los 60´s) tenía la vertiente de la denuncia social como quien dice vendiendo bien las imágenes de miseria y explotación, por una parte y la vertiente de un arte abstracto "per se", no dudé en revalorar aspectos de la cultura andina como ser su calidad textil, que corriendo los años mereció el calificativo de "ancestralismo abstracto" en la tesis doctoral de Isabel Rith Magni (actual redactora de la revista alemana Humboldt), quien encontró similitudes en el enfoque pictórico de 6 pintores ecuatorianos, 6 peruanos y otros 6 bolivianos, sin que entre ellos hubiera ningún contacto personal, salvo la vivencia particular del ámbito andino.
O.P. ¿Qué importancia le das al color en esta identidad?
G.M. En aquellos años encontré que el color predominante en los cuadros de denuncia social era el pardo de la tierra y de la tristeza. Sin embargo, bajo la luz reverberante de nuestros cielos, los colores no pueden ser agrisados como la pintura europea de cielos brumosos. Por otra parte los tintes naturales con que se tiñen las lanas de los textiles indígenas son colores directos, puros como los que salen del pomo. Si bien nuestro paisaje altiplánico puede parecer pardo, las festividades son plenas de color en la vestimenta. En el fondo creo ser un optimista en medio de la soledad del altiplano.
O.P. ese pardo de la tierra del que hablás... En el libro Arquitectura en Bolivia, decís que a partir de los años 80 comienza un manejo "consiente y provocativo" del uso del color por parte de los arquitectos bolivianos como contraposición al uso de los colores ligados a los materiales naturales....
G.M. Recién a fines de los 80, al menos yo, empecé a usar el color en la arquitectura vinculando estructura-luz-cielo en contraste con paño ciego-color-montaña. Aclaro que en la dimensión de nuestras ciudades, el paisaje de montaña está presente como al alcance de la mano.
O.P. En ese mismo libro también hablás de un cambio en la fisonomía urbana monocromática de la periferia, derivada del uso del adobe en las casas populares, por una policromática determinada por el cambio de tecnología. ¿Cuál es la relación que evidencias entre las diferentes maneras de usar el color y la tecnología?
G.M. En los barrios populares de La Paz, se dio un primer piso en adobe, obra instantánea y de invasión, aprovechando el corte de terreno necesario para asentar la casa en las altas pendientes. Luego el habitante "progresa" elevando uno y más pisos en ladrillo hueco, que lo irá revocando, pintando y decorando conforme se vaya consolidando su bienestar urbano.
En nuestro medio, la tecnología de la construcción está en etapa absolutamente artesanal, o sea del mampuesto a mano de albañil. Por tanto el color y la textura proviene del material visto o del gusto por el color que se aplique al revoque, al estuco o al mal gusto de aplicarlo a la piedra y a la teja...
Donde se está haciendo una linda experiencia es en la revitalización de Potosí, usando tierras (óxidos) del Cerro Rico para dar color original y natural a las calles.
O.P. ¿De qué manera se vinculan tus obras pictóricas con las arquitectónicas?
G.M. Ambas son disciplinas creativas que incidieron en mi formación universitaria simultáneamente (los cursos de Plástica de Barral, Ferreira Centeno, Bulgheroni, David, de historia de Marina Waisman, etc). La pintura es un trasuntar personal de las ideas en tanto que la arquitectura es compleja por la diversidad de actores-factores. Si mi pintura surge del ámbito andino, mi arquitectura se inserta en él. Desde 1989, tengo obras de arquitectura donde el color es protagónico.
O.P. ¿El caso de la Ch´wiña, sería un ejemplo, no? ... ¿hay un por qué racional para esos colores?
G.M. Sí esta obra (un centro comercial) es un ejemplo. Primero la metáfora del toldo o chiwiña bajo el cual está la cholita vendiendo naranjas, segundo el aguayo o sea esa tela multicolor con que lleva su bulto en la espalda (mercancía, bebé, lo que sea), tercero un paquete de regalo que se cubre de un papel de colores, son todas ideas de lo que puede ser esa caja de compras como centro comercial.
El muro plegado y el techo de Duralit posibilitan manejar las franjas de colores de una manera racional, siguiendo ciertas leyes de mayor intensidad en razón inversa de la superficie, gamas del azul al magenta, etc.
Debo volver a contar la anécdota según la cual, la Junta de Vecinos pasó carta de protesta porque los colores ofendían al evocar un ancestral pasado (campesino) ya superado (urbanista)...
O.P. ¿Existe una "escuela" en relación al uso del color en la arquitectura boliviana? ¿Reconocés algunos seguidores?
G.M. Me hacés unas preguntas que merecerían iniciar una investigación o por lo menos una revisión de las últimas publicaciones sobre la arquitectura que se está haciendo en Bolivia. Pero puedo arriesgar una respuesta diciendo que no existe una "escuela del color", por lo mismo que el color no forma parte del ejercicio proyectual durante la enseñanza. Tampoco reconozco seguidores. Antes bien detractores que desconocieron el color oficial de los monumentos gubernamentales en La Paz ( período republicano) y ahora los pintan de ocres como si pertenecieran a la época virreinal...y por tanto rompen la armonía que yo había logrado con la inserción del edificio Anexo al Palacio del Congreso, en tonos de blanco y gris.
O.P. ¿Qué obras de otros arquitectos te resultan inspiradoras en cuanto al uso del color y por qué motivos?
G.M. La verdad que no conozco muchas obras de arquitectos en color, salvo claro está la de Barragán y de Legorreta en México, la gran mayoría o trabaja en materiales vistos o en colores muy pálidos.
O.P. El tema del Color ¿es abordado desde el Centro de Estudios y Proyectos Nueva Visión? ¿De qué manera?
G.M. Nuestra primera experiencia al respecto fue el estudio de color del Centro Histórico (Casco Urbano Central ) de La Paz (1976), que nos permitió descubrir que los edificios institucionales (palacios de Gobierno, Congreso, etc.) eran de paños blancos y detalles arquitectónicos (pilastras, molduras, cornisas) de color gris. Luego los edificios de las clases dominantes eran monocromos (ocre amarillo) mientras que las casas populares en los límites del centro eran variopintas, marcando la propiedad de cada habitante aunque desvirtuando la unidad del volumen original.
Nuestro último proyecto, el Centro Internacional de Convenciones en La Glorieta, Sucre, combina el ladrillo visto, por afinidad al color del Palacio preexistente, con toques de color azul cobalto, marcando las estructuras y carpinterías.
O.P. Contanos algo más del Centro de Estudios y Proyectos Nueva Visión... ¿Quiénes lo integran? ¿Depende de una universidad? ¿Es un estudio particular?
GM: Es un estudio particular, nunca dependimos de instituciones, funcionamos como una consultora de proyectos urbanos, arquitectónicos, de transporte urbano, montaje de exposiciones, en fin en todo lo que se nos ocurría que podía ser una PROPOSICION con una NUEVA VISION, a veces anticipándonos a la demanda de una entidad o cliente, a veces ganando algún concurso.
La conjunción de profesionales ha sido fluctuante en estos 40 años, en relación a la complejidad o la inexistencia de trabajos, a las vacas muy, muy flacas y a las más gordas.
O.P. ¿A pesar de todas las variaciones que existen... podrías definir el color de Latinoamérica?
G.M. imposible definir el color. Sí podría hablar del colorido que principalmente vibra en las vestimentas nativas y más aún en las festivas. También se podría hablar de la predilección de ciertos colores populares o del uso más culto del color sobre todo si hablamos del color en la arquitectura. Por ejemplo, en la cerámica tenemos el color natural de la arcilla horneada o vitrificada, que posiblemente es del gusto del indígena y la cerámica pintada con decoración al puro brochazo de lata de color industrial con figuras "para el gusto del turista"... .como hablar de flores en el jardín, en el florero o de flores de plástico.
Créditos fotográficos:
Las pinturas pertenecen a Gustavo Medeiros y son óleos sobre tela.
1 Cancha de coca, op 589, año 1990
2 Pictografía 24, op 136, 1976
3 No hay pan, op 585, año 1989
4 Señoras: véndame op 584, año 1989
5 Balcones op. 581, año 1989
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