Las tradiciones locales inspiran a BC ARCHITECTS en el diseño de la biblioteca de Muyinga (Burundi).
por Arantza Alvarez para Diario Design
El estudio de arquitectura belga BC ARCHITECTS es el autor de esta biblioteca situada en Muyinga (Burundi), que forma parte de un proyecto más amplio que incluye una escuela de integración para niños sordos. El edificio está construido con bloques de tierra comprimida con un enfoque participativo.
Un estudio exhaustivo de las prácticas arquitectónicas vernáculas en Burundi fue la base del diseño del edificio. Dos meses de trabajo de campo en la región aportaron la información suficiente sobre los materiales, técnicas y tipologías edificatorias locales. Estos conocimientos se aplicaron, actualizaron y reinterpretaron en el diseño del proyecto.
La biblioteca se organiza a lo largo de un espacio de circulación longitudinal cubierto. Este “porche / vestíbulo” es un espacio que a menudo se encuentra en la vivienda tradicional de Burundi, ya que proporciona refugio de las fuertes lluvias y del duro sol. Una buena parte de la vida se desarrolla en este espacio porticado, que tiene un carácter verdaderamente social, y es germen de las relaciones comunitarias.
En el proyecto, el pórtico es deliberadamente de gran tamaño, con el objeto de convertirse en una extensión la biblioteca. A través de las puertas transparentes que se han situado entre los pilares, se ha tratado de crear una interacción entre el espacio interior y el porche. Estas puertas permiten también que la biblioteca se abra hacia la plaza adyacente, que cuenta con impresionantes vistas sobre “las Mil Colinas” de Burundi.
En el extremo longitudinal, el porche desemboca en la calle, donde unas contraventanas controlan el acceso y muestran a los viandantes si la biblioteca está abierta o cerrada. En el otro extremo, el porche dará acceso a la futura escuela.
Un elemento muy importante en la arquitectura de Burundi y africana es la demarcación de los límites de propiedad, una tradición que se remonta a las prácticas tribales. Para la biblioteca de Muyinga, el muro fue proyectado en un proceso de co-diseño con la comunidad y la ONG local. Éste se realizado de mampostería de piedra al hueso y resuelve la diferencia entre el nivel de la plaza y el parque de la escuela, y la cota de la calle, sin comprometer las vistas hacia el valle y garantizando la seguridad con respecto a la calle.
La forma general de la biblioteca es el resultado de una lógica estructural, derivada, por un lado, de la elección de los materiales (mampostería de bloques de tierra comprimida y tejas de barro cocidas al horno). Las tejas de producción local eran considerablemente más pesadas que las planchas de acero corrugado importadas. Esto inspiró el sistema estructural de pilares, muy próximos entre sí a intervalos de 1,30 m , que también actúan como contrafuertes de los altos muros de la biblioteca. Esta repetición rítmica de columnas es una característica reconocible de la construcción, en el exterior y en el interior.
Consideraciones climáticas inspiraron el volumen y la fachada: la elevada altura del interior permite la ventilación cruzada continua. De esta manera, el aire húmedo y caliente se expulsa fuera mediante los huecos de la fachada realizados entre los bloques comprimidos de tierra. Estas perforaciones permiten además ofrecer una visión iluminada del edificio durante la noche.
La doble altura dio la posibilidad de crear un espacio especial para los más pequeños en la biblioteca. Este espacio infantil consiste en una zona de estar de madera en la planta baja, que cuenta además con una enorme hamaca de cuerda de sisal en la que los niños pueden soñar con los libros que están leyendo .
La futura escuela se acomodará también inteligentemente en el paisaje, con zonas de recreo y patios que se adaptarán a las laderas y a los árboles existentes. Mientras tanto, la biblioteca funciona como un edificio autónomo, con un diseño acabado.
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